¿POR QUÉ ISLA MAURICIO?

Nos casamos en junio del 2016, y aunque ahora no lo parezca, en aquel momento no se sabía mucho sobre Isla Mauricio, o por lo menos no se hacía tanta publicidad como se hace hoy en día.

Lo que sí teníamos muy claro es que fuera un destino no tan típico para una luna de miel. Y así, después de investigar un poquito sobre esta Isla y ver el gran potencial que tenía, la elegimos sin dudarlo.

Nuestra gran sorpresa al ver los paquetes  que había a esta Isla fue que no tenían vuelos directos (ahora no existe este problema ya que hay compañías con vuelos chárter), que todos tenían alguna escala y que podíamos elegir si en París o en Dubái. Nuestra elección fue Dubái y  lo mejor de todo fue que además pudimos alargar la escala unos 3 días, una gran ventaja para nosotros, ya que nos encanta viajar, ver y conocer nuevos lugares, y de esta manera convertimos nuestra luna de miel en un dos por uno (dos destinos en un solo viaje).

El vuelo

Volamos con la compañía Emirates, que personalmente la considero como una de las mejores, por ello si estas planeando tu luna de miel y tienes la posibilidad de viajar con ellos haz todo lo posible ya que el vuelo en sí es una experiencia, perfecta para empezar una viaje tan especial.

Nunca antes habíamos volado con Emirates, pero quedamos absolutamente  fascinados del trato, de los servicios y del avión en sí. Nada más entrar a bordo tienes en tu silla una manta, una almohada y unos auriculares, cada pasajero dispone de una pantalla en la cual ofrece música, películas, juegos, libros, etc. Además que son de nuevo estreno, incluso películas que están en el cine en este momento. También ofrece un menú, que en función del momento en el que viajes te dan el desayuno, comida o cena, además de un almuerzo y bebida gratuita a bordo. En todo momento tienes la sensación de estar en  primera clase.

Primera parada…Dubai

El vuelo hasta Dubái duro unas 7 horas. Llegamos allí sobre las 12 de la noche. Pasamos por el control de policía donde nos pusieron el visado temporal para poder entrar en el país y después pasamos a  recoger las maletas. Salimos fuera y nos recogieron el guía y  el transfer que nos estaban  esperando. Lo que más nos impacto fue el sofocón que hacia fuera al salir del aeropuerto, el contraste era brutal entre el calor de fura y el aire frio de dentro del aeropuerto. Nos costó un rato acostumbrarnos a ese cambio de temperatura.

Nos alojamos en el hotel Towers Rotana, que se encuentra ubicado en el centro financiero muy cerca del centro de Dubai (DownTown Dubai) donde se encuentra el centro comercial más grande del mundo y el Burj Khalifa siendo el edificio más alto del mundo.

Qué visitamos en Dubai

El primer día cogimos dos excursiones ya que solo duraban medio día cada una. Por la mañana hicimos un tour por el Dubái más esencial, y así conocerlo un poco con guía.

Visitamos The Palm Jumeirah, una de las islas artificiales más famosas en forma de palmera, y el famoso hotel Atlantis, que también tiene un parque acuático.

Vimos el hotel Burj Al Arab, que es el hotel más lujoso del mundo, en el entras sólo si tienes reserva para comer o una habitación. También la playa contigua a este, que la verdad que con el calor que hacía estaba medio vacía.

Después de ver un poco la zona más  nueva de Dubái nos llevaron a conocer la zona más antigua, Dubai Creek. Allí visitamos el museo de Dubai, en que muestran cómo vivía hace años la gente de allí. Cómo eran sus costumbres, sus casas, los utensilios que utilizaban, etc. Es brutal el contraste de cómo vivían y en qué se han convertido ahora.

Después de visitar el museo pasamos en barco al otro lado del río, donde está el mercado de las especias, el oro, etc. Aquí pudimos ver el anillo más grande del mundo, probar deliciosos dátiles y comprar un montón de especies típicas, sobre todo la cúrcuma.

Por la tarde fuimos con nuestro guía a ver Dubai Marina, que es una zona con muchos rascacielos, un puerto deportivo artificial en el que se puede realizar toda clase de actividades acuáticas  y un bonito y animado paseo marítimo rodeado de elegantes cafeterías y mercados de artesanía. La verdad que es una zona preciosa y muy recomendada.

De aquí fuimos a ver Madinat Jumeirah, que parece una miniciudad árabe muy lujosa. Tiene bonitos zocos, tiene unos canales artificiales por el que pasean los barcos, restaurantes, tiendas y un hotel de 5 estrellas pegado al Burj Al Arab y del que se tiene unas vistas estupendas desde sus terrazas. Además este hotel está decorado manteniendo las tradiciones beduinas.

Lo bueno que tiene cuando vas  con guía es que con el entras en los hoteles que se pueden visitar y te cuenta todas las anécdotas y peculiaridades de la zona.

Para finalizar el día fuimos al Dubi Mall, siendo uno de los centros comerciales más grandes del mundo. Cuenta, además, con el acuario más grande que hay en un centro comercial. Te dan la posibilidad de introducirte en una jaula para meterte en el acuario en donde también hay tiburones.

Y para concluir de manera sorprenderte terminamos viendo el espectáculo de fuentes animadas que bailan al son de la música. También siendo uno de los más grandes del mundo.

La verdad que en Dubai TODO lo que construyen lo hacen para que sea el más grande del mundo.

El segundo día, la primera parte del día, decidimos explorar un poco por nuestra cuenta. Por ello fuimos a la parada de metro, que por cierto en Dubai el metro va por arriba y no por debajo de la tierra, y nos fuimos de nuevo al Dubai Mall ya que queríamos ir a ver el edifico más alto del mundo, el Burj Khalifa.

La entrada para subir al Burj Khalifa la compramos en una oficina de turismo que había en el “mall” pero también se puede comprar en la taquilla que hay a la entrada del Burj Khalifa. Nosotros elegimos comprarla dentro del centro comercial para evitar las colas en las taquillas.

Hay dos opciones: la primera es subir sólo hasta el observatorio “At the top” ubicados en las plantas 124 y 125 y la segunda es subir hasta el mirador “At the top Sky” ubicado en la planta 148. En este mirador sólo se puede estar 30 minutos, en cambio en el observatorio “At the top” no tiene límite de tiempo. Aquí también tienen un video documental con los contrastes de la ciudad a vista de pájaro, la explicación de cómo se construyo el edificio, unos telescopios para ver con detalle la ciudad desde arriba y una tienda con suvenires.

Al bajar de nuevo al centro comercial aprovechamos para comer ya que tienen una gran variedad de restaurantes para todos los gustos y bolsillos.

Por la tarde hicimos la actividad más esperada por nosotros y emocionante. Fuimos al desierto en un 4×4 subiendo y bajando dunas en un recorrido de aproximadamente 45 minutos. Después, justo antes de ir al campamento, paramos para ver el bonito atardecer en el desierto que fue un momento mágico.

Cuando llegamos al campamento nos dieron una cena tipo barbacoa, nos subimos a dar un paseo sobre camellos. También tenían una tienda en la que hacían tatuajes de henna, pero había tanta cola que al final desistimos.

El punto final de la noche fueron los espectáculos que hicieron sobre el escenario que había en medio del campamento, hicieron la famosa danza nashaat y otro baile con objetos prendidos con fuego.

El tercer día decidimos coger la excursión para ir a conocer también Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos. Se encuentra a unos 200km de Dubai.

Lo primero que visitamos en esta ciudad fue el hotel Emirates Palace, que fue el antiguo palacio del jeque de Abu Dhabi convertido en hotel ya que se mudaron a otro nuevo palacio.

En este hotel se grabo una de las partes de la saga “Fast and Furious”. De hecho justo delante del lujoso jardín de este antiguo palacio se encuentran los edificios altos en los cuales se grabo la famosa escena en la que saltan con el coche de un edificio a otro.

Lo siguiente que visitamos fue la Mezquita Blanca llamada Mezquita Sheikh Zayed. La cual fue realmente IMPRESIONANTE, su grandeza, su perfección, sus minaretes, la gran cantidad de columnas, el mármol blanco que destaca con sus decoraciones púrpuras que contrastan con las piscinas azules que la rodean. Y el interior no es menos, sus grandes cúpulas hechos con cristales preciosos, la grandiosa alfombra hecha a mano.  Y es por todo esto que esta visita se convierte en obligatoria.

Y llegamos al paraíso perdido…Isla Mauricio

Desde Dubai hasta la Isla Mauricio volamos también con Emirates, en un vuelo que duró otras 7 horas. Llegamos a Mauricio por la mañana, lo que fue ideal para poder aprovechar al máximo ese día también.

En el aeropuerto nos recogió el transfer que nos llevó directo al hotel en un trayecto que duro más o menos una hora.

El hotel en el que nos alojamos se llama Ambre Resort & Spa, ubicado en la zona este de la isla.

El primer día que llegamos a la isla lo dedicamos para conocer el hotel, los servicios como actividades, la playa, etc.

Nos regalaron, por nuestra luna de miel, también una cena en la playa para una de las noches que eligiéramos nosotros, todo un detalle por su parte. Además de unos regalos en la habitación y una cesta llena de frutas.

El siguiente día lo dejamos para pasar un día de relax en la playa, después de haber visitado bastante en Dubai, y de ver las opciones de visitas y excursiones que teníamos. Igualmente  disfrutamos de los deportes acuáticos que ofrecía el hotel, de la piscina infinity y de nuestro Todo Incluido.

Las excursiones que hicimos en la Isla

La primera excursión que elegimos y la hicimos al día siguiente fue La Isla de los Ciervos  (Ile aux Cerfs) que es lugar donde se encuentra la típica playa de postal.

Para llegar hasta allí nos recogieron en un mini autobús y nos llevaron hasta el puerto más cercano en donde cogimos un catamarán.

El paseo en este barco fue increíble, además que pillamos un clima perfecto donde no hacía un calor excesivo. En el barco nos ofrecieron bebida, algo para picar y prepararon también la comida, un delicioso pescado frito con una salsa espectacular propia de la zona.

Hasta llegar a la Isla de los Ciervos paramos en un lugar ideal para hacer snorkel, de hecho estuvimos un buen rato allí para que todo aquel que quisiera pudiera disfrutar viendo la fauna marina.

Al llegar a la isla disfrutamos de sus preciosas playas, dimos largos paseos, bebimos agua de coco natural directamente del coco, nos hicimos un montón de fotos y nos compramos un bonito recuerdo de las tiendas artesana que allí habían.

El siguiente día decidimos ver el  interior de Mauricio y la parte más tradicional de la isla. Por ello escogimos una excursión con guía privado para poder ir un poco más a nuestro aire y poder ver cuanto más mejor.

Recorrimos el camino de peregrinaje que hacen miles de hindúes hasta llegar al lago Ganga Talao. Vimos sus rituales, sus costumbres y sus dioses en formas de estatuas gigantes que van apareciendo una a una durante el recorrido hasta llegar al lago.

Después nos adentramos al Parque Nacional Black River Gorges en el que descubrimos el lado más salvaje y natural. Cascadas que salen de una frondosa selva, miradores que con sus vistas te hace parecer que sobrevuelas la isla, plantaciones de piña y otras frutas exóticas y casas coloniales que aún mantienen viva la historia.

También vimos la zona de Chamarel en el que también admiramos sus cascadas, sus tortugas gigantes y lo más sorprendente de este geoparque fue la tierra de los siete colores. Que cuando más se aprecian los colores es en el atardecer.

Y para finalizar este bonito día acabamos en la zona de Le Morne, en un mirador en donde se puede ver toda la costa, y es que esta zona de la isla tiene los colores más bonitos del agua, un azul turquesa precioso.

Los siguientes días restantes decidimos quedarnos en modo relax por el hotel y descansar  para volver con las pilas a tope y con nuestra memoria llena de recuerdos extraordinarios.

En la vuelta regresamos  con Emirates, y volamos de nuevo hasta Dubai en donde tuvimos una pequeña escala, para después poner rumbo ya hacia Madrid.